Estoy sola hace tiempo, MUCHO tiempo, y creo que va siendo momento de conocer a alguien que me enamore nuevamente. Fui a Córdoba a festejar las pascuas, y mi prima, tuvo la idea de presentarme a un compañero de trabajo: Ramón*, me dijo que era un chico lindo, con una sonrisa hermosa, inteligente... alguien que podría enamorarme, pero también me comentó que era judío, pero que no profesaba. Este dato no me interesaba, por mi puede ser satanista, que si es buena persona, la religión es lo de menos, es más, yo soy de las que comen un rico bife de chorizo en viernes santo.
El miércoles previo al fin de semana, nos conocimos en la casa de mi prima, y nos llevamos bien inmediatamente. Tuvimos una charla animada, interesante, y su sonrisa me hipnotizaba cada vez mas. Se hizo tarde, y me llevó a casa. Llegamos a destino, me desabroché el cinturón, y cuando me estaba por bajar de su auto, se me abalanzó y me besó. Hacía rato que no me besaban tan apasionadamente, podría decir que quedé a una temperatura apenas inferior al volcán Etna. Soy una chica seria, así que le dije que tenía que irme... y me hizo prometerle que iríamos a pasar un día de campo el viernes.
Llegó el viernes, me depilé, me calcé mi bikini de leopardo, y una remera con estrellas que marcan un camino descendente y mis shorts, y esperé que Ramón me pasara a buscar. Nuevamente sentí sus besos... la cosa no daba para más, la calentura iba en aumento, sus besos iban siguiendo el camino que marcaban las estrellas de mi remera, y cuando lo terminó de recorrer, la lujuria se apoderó de nosotros, y terminamos en la tierra prometida: su cama. Lo pasamos más que bien, y fueron las pascuas de resurrección de mi vida sexual.
El picnic quedó cancelado, y nos quedamos en su departamento, haciendo de todo en ese viernes ya no tan santo. Ramón me dijo que me quedara en la cama, y llevó una bandejita con gaseosa y unas cajas de galletas. Me miró y me dijo "es matza, tengo dulce y salado". Lo miré, probé y era una masa insulsa, le pregunté si le podía poner jamón y queso, y hacer una onda sandwich, y me dijo que no comía jamón, y que ese pan, era para respetar Pesaj, y que la pascua judía era una de las pocas festividades a las que él adhería. Yo no daba más del hambre, más después de haber hecho tanta gimnasia... Me quedé un rato más, ejercitamos otro poco, y me llevó a casa. Prometió que iba a llamarme en mi próxima visita a la docta.
Todo bien con las religiones, y como ya lo dije, no me interesa, pero la comida es fundamental para mi, así que veremos que pasará con Ramón, el que no come jamón.
*Ramón: nombre artístico utilizado para proteger al muchacho en cuestión.