La regla de la L

Se habla mucho del mito de la Regla de la L. Y mas de uno/a se pregunta si es cierto o no. Se ve a través del tiempo si es correcta, pero mas que nunca cabe la frase "ver para creer".

Se supone que cuanto mas mide el sujeto en cuestión, mas pequeña es la sorpresa. Y cuanto mas petiso (sisisi, me la piso... dirá algún colgado) mas largo es el cuento. Las excusas y chistes de los que vienen menos dotados son infinitas, como "lo que cuenta es que se mueva bien" o " el tamaño es lo de menos". Pero no señores!!! No es así!! Porque si les sobra, a nosotras no nos molesta que no entre toda la mercadería en el estante, pero si no rellenamos el pote de mayonesa... no hay hamburguesa que aguante!!!

Con el pasar de los años (u hombres) vas comparando todo tipo de tamaños y medidas. Es inevitable para las mujeres caer en la comparación. Una siempre recuerda la que baila bien, la que entra bien, la que te hace divertir, la que te duerme, la que te aburre, la que te mira de reojo, la que te molesta... pero mucho menos te podes olvidar al alto que te decepcionó.

Una vez en un cumpleaños fuimos a un boliche que tenía una pareja que hacía show de nudismo. Obviamente por separado, primero la "dama" y después el "caballero". Pelilargo, alto, rubio, flaco, musculoso... y cuando terminó el show dejo entrever (evidentemente muy sin querer) su pajarito. Y, ohhh casualidad, me quedo corta, cuac.

Todo aquel miembro masculino que mida lo que un meñique de mano de mujer... no merece ni ser visto. Y puede bailar en el escenario como el dios del verano... pero no es digno de nada. Podrá ser un mito para quien quiera, pero para mi dejó de serlo. Todo aquel que mida mas de 1.70... gracias por venir y seguí participando. Es mi opinión... no salten con el temita de la histeriquez... sino lean otro blog (esto va para los quejosos de siempre que no entienden la ironía del blog).

Mi conclusión es: El bajo, bienvenido sea, el alto... buena suerte y hasta luego.